lunes, octubre 31, 2005

Huelo a Metafìsica


Relajada y bloqueada está mi conciencia, o más bien se encuentra embobada por motivos de colapso ansioso-mental. Ello debido a que estoy incorporado a una modalidad de labor agotante y acelerada, que no deja espacio ni para la meditación ni para una revisión interna que arroje un reflejo de lo que siento en un momento dado. Casi a ritmo seriado de máquinas repito los rígidos procedimientos con el fin de elaborar un producto, sin darme cuenta que, al hacerlo, me voy también transformando en un producto o elemento más del sistema que cumple una función determinada. ¿Me estaré deshumanizando? o, a dicho de otra forma, ¿La indiferencia se apoderó de mí? La respuesta la sabe quien maneja la estructura. Yo sólo percibo que la gente se ve sometida a este tipo de trabajo estresante y cae en este juego competitivo; sin ninguna capacidad de reacción y, si la tiene, es mínima, porque le importa subsistir. Lo que mueve al mundo en estos tiempos es, lamentablemente, el condenado dinero. Y no sólo el dinero-plata o billetes, también existe el dinero plástico… para alienar a las personas, convirtiéndolas en consumidores empedernidos sin importar las consecuencias de encalillarse en deudas. Muchas veces, se deja a los hijos en casa, y se les priva del afectuoso cariño mutuo. Los padres no juegan con los niños o disfrutan con ellos la naturaleza, por ir a comprar al mall. Para ellos es más importante adquirir cosas que querer al resto; la gente se olvida que lo esencial es invisible a los ojos, y que la vida se va volando. Sucede que solamente distingo una pizca de lo que me ocurre, pero no sé cómo pararlo, menos enfrentarlo, porque igual estoy inserto en esta sociedad. No soy anarquista ni nada por el estilo, pero una y otra vez me apesta ver cómo los individuos pierden su valioso tiempo en rivalizar unos con otros por tener más poder y no disfrutan la vida fraternalmente. Es cierto que la única forma de dar sustento para una familia de clase media y baja, es trabajando. Además, el trabajo dignifica al hombre y a la mujer ya que luchan por lo que no tienen, pero también es cierto que si lo hicieran porque les gustara o porque tuvieran vocación para algo, y no sólo hacerlo por necesidad, sería doblemente gratificante. La globalización es la escoria de la identidad. La gente está desorientada, sólo hace lo que se le pide. La tecnología absorbe el cerebro, y la gente no piensa por si misma. Indefenso es un moderno sin una computadora que soluciona casi todos sus problemas. Cada vez uno va dependiendo más de las cosas, y disminuyendo su capacidad de valerse por sí mismo. De lento y provechoso, no queda nada más que los animales y el medio ambiente, el resto es una transformación odorífica que el hombre hizo de su entrono, corrompiéndolo. Todo lo que, a la postre, lo llevará a su autodestrucción. No soy el apocalíptico crítico-fatalista que ve en el ideario filosófico actual del postmodernismo, la irracionalidad absurda de las cosas, pero me asusta pensar que nadie se da cuenta que, a uno, lo están manipulando en cada instante que pasa. Moldear la conducta individual y masiva está de moda. Quienes tienen el poder pueden emplear los medios de comunicación para persuadir a las personas a que piensen, sienten y actúen de la manera que ellos quieran, satisfaciendo sus intereses utilitaristas. En su estado monótono de la circunstancia, le gente queda vulnerable a que se les venda cualquier cosa. No es raro ver en un pobre, que en su vivienda de madera básica, pueda perfectamente tener un televisor; pero no el alimento suficiente para comer él y su familia. Son esas cosas las que enardecen mi mente. No debería pasarme rollos, y adherir a la lógica que me da este modelo. Cada loco con su tema y se acaba la lesera….Sin embargo, la solidaridad no me abandona. No pienso nada, sólo sobrevivo…aún soy capaz de oler la real metafísica.

1 comentario:

Anónimo dijo...

OLA GABTIELITO TAN LINDAS LAS FOTOS QUE LATA NO HABER IDO A CHILOE CONTIGO, VEO QUE PERDI DE MUCHO. CUIDATE