jueves, diciembre 30, 2010

Cucharadas de sabores amargos


Estoy en el presente. Soy el aquí y el ahora. Nada más existe. Los recuerdos son capítulos añejos de la nostalgia, imágenes sin cuerpo que navegan en mentes reflexivas. Las visiones sobre el porvenir son máscaras del orgullo, porque representan lo que podría ser si se dan ciertas variables, que muchas veces no manejamos. Por eso, anhelamos con un ego que, en ocasiones, pide más de lo que realmente puede desear. Mejor quedarse donde se está. Contemplar el ahora significa sepultar la introspección moribunda y dar paso al trance de la nada, de la “nada” misma, no de la nada opuesta al todo.

Trance

El blanco de lo oscuro hace que ni se oigan las externalidades contextuales, que continúan su movimiento mientras se percibe lo íntimo. Es bueno recrear lo creado. Materializar lo sentido en palabras, hace que cobre vida ese momento especial. Cada renovación del aire pulmonar es fluir al son del ritmo vívido de la divina providencia. No hay paredes ni obstáculos para una imaginación inquieta. Los vaivenes de la carne se cristalizan cuando se logra canalizar el deseo que controla el cuerpo. El amo y señor de la discordia espiritual aguarda solemne la virtualidad de las caricias esquivas. Hay un yo escondido en todos. Una entidad inmanente que habita en tu ser acorralado por el sistema agobiante. Escapar es el consuelo. Gritar es desahogarse del abismo insoportable de la circunstancia fome. Nada llama la atención; todo es monótono. Sigue el vacío existencial que ya ni la fémina marea de calor amoroso puede llenar. El paso sigue, los años también. Se trata de parar el tiempo que vuelve siempre. No hay concordancia entre armonía y odiosidad. Algo falta. Algo no anda bien dentro de un ser con un combustible no renovable. Se agota la penumbra de creatividad. Al fin y al cabo, es solo. Y sabe estar solo. Pese a la grandeza del mundo, la pequeñez se manifiesta en acciones oprobiosas. La culpa viene de un estímulo externo, pero es plasmada con cicatrices palpables. El daño se hace sin miramientos. Ya no hay sufrimiento cuando no se siente dolor. Cuando no hay más que nihilismo. Todo va y viene y la felicidad es una sonrisa postiza mostrada en chispas del ser contento.

Escupir

La ventana está abierta. Entra junto al viento todo ese humo polivalente del querer lo que no se tiene. A la mierda con mirar si se puede tocar. A la mierda con pensar si se puede escribir. A la mierda con mentir si se puede omitir. A la mierda con reír si se puede llorar. Hay sintonías con sentido figurado. Hay corduras que se avergüenzan de sí mismas. Hay canciones entretenidas, que duran lo que dura en hervir el agua. La ebullición traicionó a la razón. Mira que todo cambia y todo permanece. Mira qué locura acecha tu impaciencia. Mira la piel de gallina. Mira la grasa acumulada en una panza que alberga la chatarra de a hamburguesas embutidas.

Meditabundo

Respira hondo. Flashes de imágenes pasan revista en tu memoria. Deja que fluyan solas, porque luego desaparecen. Acto seguido, tu mente queda en blanco. Es ahí cuando comienza el trance de la serenidad. Déjate llevar por ese viaje dentro de ti. Verás sombras y luces intermitentes. Mantén la calma, que pronto llegas al punto fijo. Ese que te concentra 100%. Ese que no tiene forma ni color. Sólo tú y ese punto. Nada más existe y nada más piensas. El tiempo deja de tener sentido. Tus latidos no los sientes. El frío ni el calor tampoco. No abras los ojos hasta que veas con el ojo de la mente. Ese oráculo que construye tu ser para indicarte el camino a seguir. Tú decides qué quieres ver. Si lo que vendrá o lo ya fue. Mejor anticiparse a los hechos y ver el porvenir. Idealización o no, es una visualización tuya. Aprende a manejarla y enfocarás mejor tu destino. Practica la meditación frecuentemente y sabrás más de ti que nadie en el mundo.

Rutina

Buscas. Andas. Te mueves como loco. No sabes para dónde vas. Vas donde te lleve el trasporte público. Eres una hormiga más del hormiguero de la urbanidad. Hay un caos. Un atochamiento no sólo en las calles, sino también en tu mente. El bocinazo resuena tu oído. Te empujan. Sientes olores extraños. Estás incómodo. Te dices: ‘No soporto esta ciudad’. Te sientas donde puedes. El Metro por fin parte. Te sientes ahogado. Sabes que no puedes encender un cigarro. Te da lata cederle el asiento a una embarazada, pero lo haces de todas formas por cortesía. Parado estás incómodo. Lees el periódico. Con un frenazo casi te caes. Te sostienes. Hay niños, adultos y estudiantes. Eres un trabajador más con ansias de no estar allí. Tienes ansias de estar descansando. De estar en la playa. De estar en tu cama. Te dispones a viajar. Otra vez la rutina. Al siguiente día la escena se repite. Eres una empresa en potencia, que trabaja para una mayor que te somete.

Carencia

Afectividad. Atención. Comprensión. Cariño. Ternura. Pasión. Ilusión. Tocadura. Son todas palabras que significan lo mismo en ti: ausencia de amor. Para ti no hay otro anhelo. Pero sigues soñando lo imposible. Pero sigues queriendo lo que sabes que no podrás tener. Vives de ilusiones vagas. No sientes de verdad. No escuchas realmente al otro. No te escuchas tanto. Sueñas despierto. Vives otra vida cuando cierras los ojos. Hay un mundo soñado por ti mil veces. Mejor baja a tierra. Resucita tu superficialidad y entierra la abstracción que te nubla la vista.

Luchar

Haz un paréntesis. Mira la naturaleza de tu inconformismo. Rompe el hielo. Rompe la cáscara que no te deja respirar en paz. Escupe la mugre que obstruye tu garganta. Asimila lo bello que es tu pensamiento cuando logras manejarlo a tu albedrío, sin temor, rencor, resentimiento o karma que te enclaustra en un refugio oscuro. Corre por los pasajes de tu imaginación. Haz que suden tus miedos. Libera las toxinas de tu cordura. Deja de depender del sentimiento ajeno. Sé siempre tú mismo. Eres lo que quieres ser, no lo que diga el resto. Los demás son sólo una escoria de tu vida. Aléjate de los flaites y cuicos. Convives con mediocres, pero los apestas al punto de odiarte a ti mismo. Desapareces un rato. Eso te hace bien, porque te reencuentras. Ahora trata de mantener esa estabilidad mental para afrontar los desafíos del día a día mejor que antes. No importa si es Dios quien te ayuda en eso o si eres tú mismo operando el panel de control de tu conciencia. No hay mundos perfectos. Nada te hará mejor ni te salvará de ti mismo; ni todas las drogas del mundo. Consciente de eso, sabes ahora valorar cada suspiro, cada amanecer y anochecer. El resto de tu vida se edificará con cada movimiento calculado que hagas. El culpable de tus desdichas y grandezas eres tú mismo. Siéntate contigo un rato. No pesques un cuchillo para cortarte las venas ni te cuelgues en tu armario. Es el camino fácil de las mentes cobardes. Tú puedes más que eso. No te quejes por lo que no tienes y por lo que no haz hecho, mejor concéntrate en lo que tienes y lo que puedes conseguir con cada logro que vas obteniendo en este vida caótica. No busques más el amor. Éste llegará algún día. El día menos esperado. Eso esperarás. Te dirás a tus adentros: ‘Quiero amar’. Todos buscamos lo mismo. Así que tranquilo. A nadie le falta el altísimo. Sácale partido a la soledad.

viernes, noviembre 19, 2010

El amanecer de ojos cándidos




Se sube al árbol. Mira el paisaje que le regala la vida. Hay un sol radiante y el viento limpia sus pulmones sucios del smog. Está solo en ese campo. Nadie lo mira. Sólo las sombras del pasado. Comprendió que la soledad era su mejor amiga. Pero de pronto se sorprende. Algo escucha. Se baja del árbol. Alguien se aproxima. Se siente perseguido.

-En el alba sale la montaña-dice una voz íntima.

Se asusta. Piensa. Duerme. No hay vida. Hay muerte. El sendero de su pasión es el clima de su nostalgia. Hay confusión, pero también misterio y deseo.

martes, octubre 26, 2010

La alcancía de mis pesos


Ríen. Corren. Sueñan. Para las almas cándidas el tiempo es infinito. Ingenuidad transformada en infancia. Libertad de espíritu que no tiene precio. Regocijo de no pensar como el mundo exterior, que potencia el interior. Desconectarse de la noosfera y así lidiar con el sí de uno es una tarea que no suprimiré.

Hay un espejo quebrado en el horizonte de mi mente. Las divisiones trisadas parecen continentes, que me hacen preguntarme: ¿En qué creo realmente? No tengo respuesta. Es una búsqueda incansable. Me atrevo a mirar las partes resquebradas. Una representa al Dios cristiano-aunque sea una imagen borrosa-de un ser etéreo cuya piel está hecha de luz. Otra, es el reflejo de mí como centinela elfo que mira a su alrededor. En otra, mi madre con su dedo índice, apuntándome, sermonea mis acciones. Diviso una última en la que veo la silueta de una bella mujer desnuda, que con sólo mirarla, acelera mi ritmo cardíaco. Unidos los trozos, el rompecabezas de mis principios no está intacto.

-Hay una espina en mi corazón-dice mi voz interior cuando medito.

No comprendo el motivo: asimilo lo que me digo como la conciencia embobada del sistema estresante. De modo que camino a paso rápido y la inquietud sofoca. Cargo los karmas. Pesan demasiado. Los guardo en una caja de nostalgias. Recuerdos latentes de fantasmas susurrantes. Aunque admiro lo bello. Lo bello de la solidaridad. La individualidad no me somete. La naturaleza me tranquiliza. Lo no intervenido por el hombre limpia mi ser al punto de mandar todo a la ‘cresta’.

El dinero sabe a gula. De mi abuela aprendí el valor del esfuerzo. Nadie, más buena que ella, he conocido. Nadie, más hiperactivo que yo, he conocido. Víctima de las circunstancias, no soy. Sin embargo, vivo porque sobrevivo. Me adapto a lo que me toca. Que se evapore la sal, que se encarne mi espíritu. ¡Ahí voy, danzando al ritmo de las palabras en mi jardín de asfalto! Si el pesimismo toca mi puerta, mi alegría nunca fenecerá.

viernes, agosto 20, 2010

Decálogo de un facista


Para nadie es sorpresa: la derecha lo tiene todo. Tiene todos los poderes fácticos. Las universidades, la Iglesia, los medios de comunicación. ¡Ah!, le faltaba el poder Ejecutivo. ¡Pero si ya lo tiene! Quienes lo manejan siguen pautas de comportamiento de corte fascista-muy estructuradas- sintetizadas en el siguiente decálogo (Parafraseando la columna: Decálogo de un comunista chileno, del columnista de El Mercurio, Gonzálo Rojas).


Honrarás el capitalismo como la Iglesia a Dios. Sobretodo, si tu bolsillo está lleno.

Amarás a la patria y la familia como a ti mismo. Tendrás muchos hijos. La homosexualidad es para ti una enfermedad.

Te considerarás de raza superior, por eso discriminarás a los inmigrantes. Sobretodo, de pueblos indígenas.

Guardarás las apariencias: eres un ser respetable. Ni siquiera respetas la economía verde que tanto cuchicheas.

Manipularás con cinismo, la responsabilidad social (Te importará en la medida que aumente tu capital político, cívico y financiero). En este sentido, los empresarios son tu mejor aliado.

Tú disciplina moral te impedirá ser solidario: avalarás el individualismo por sobre el bien común. Defenderás la globalización al punto de perder tu propia identidad. Obtendrás MBEs y doctorados.

Abogarás por el establishment, el orden y la seguridad social. Si es necesario legitimarás organismos de inteligencia como la DINA, CNI, ANI, etc., restringiendo derechos fundamentales, manipulando los medios de comunicación, amparándote en ganarle la “batalla a la delincuencia” o en hacer “la guerra contra el terrorismo”.

No tendrá límites tu ambición. Anhelarás el poder. Te harás rico a costa de la miseria de muchos. En el fondo, sabes que la pobreza mantiene el sistema; lo hace rentable. Es conveniente el endeudamiento. Los intereses son de unos pocos. La desigualdad es la materia prima de los poderosos. Bien lo saben quienes han hecho del ideal pinochetista, hitleriano o franquista, su arma de lucha.

Admirarás el imperialismo estadounidense. Sabes que su presidente es sólo una marioneta de quienes realmente están detrás del poder. Serás un tecnócrata efectista: no cabe la reflexión, sólo el pragmatismo. Eres un dato, un número. Tu libertad económica te hace libre, pero las deudas te someten. Eres un animal mecánico.

No tendrás ideario. Tu hedonismo te corromperá. Ya no sueñas; vives. Eres lo que puedes llegar a ser, según sea mayor o menor la cantidad de ceros en tu cuenta corriente. Hasta el amor tiene precio en tu vida. Si no eres útil, no sirves. Si no es útil, no te sirve. Ni siquiera esta columna. Así que no la releas.

jueves, junio 24, 2010

Ominsciencia neutral


Miro. Toco. Siento. Respiro. Admiro la vida, pero no la vivo a plenitud. Me falta ese manjar de dioses que inspira hasta el más mínimo detalle sumergido dentro de mi alma. Esa cualidad con cara de mujer gatúbela, envuelve los rincones de mi fachada espiritual. Está lejos esa persona, pero cerca su recuerdo. Reconstruyo lo vivido con una mirada horizontal, panorámica, general. Es una vista desisteresada, pero abarcadora. Contemplar la vida como un caballero neutral es una tarea no recomendable. Exige imparcialdiad plena y desprejuiciamientos absolutos sobre disímiles materias sociales. Los otros no comprenden lo que veo. Los otros son el reflejo de mis ojos ciegos. No aprecio sus mentes. No me acomodo a lo fácil. Lloro lo complejo y me río de lo diverso. Tengo acceso interior y exterior. Soy el semidios de las poesías vagas. El enclaustrador de misterios soterrados por desdenes corruptos. Ni un loco se anima a dislocar su tarima. Si hasta la mariposa dejó de volar: volvió a ser lombríz. Ni el brillo de sus ojos opaca mi cordura. La quiero, a pesar de todo. Me quiero como el gato al perro. Existo para vivir y vivo para no morir. Es una canción sin tono ni ritmo. Con pelos en la lengua no como cochinadas. Igual tengo una consciencia plena. Percibo la cuarta dimensión. Abro el espectro de mi mente. Casi como el ojo que lo ve todo. El tercer ojo existe si uno cree en ello. Vemos lo que creemos. Construimos el mundo que queremos. No lloro por nada ni pienso por todo. Hago lo que me dicta el corazón. Veo lo externo. Lo interno cuesta ver más. Pero contando la vida de otros puedo programar una secuencia con sentido, principio, desarrollo y fin.

martes, abril 27, 2010

Punta de Tralca


Cartagena ya no es la comuna más popular del litoral central. Isla negra con la casa de Pablo Neruda y Las Cruces con la de Nicanor Parra ya no son novedad. El Quisco está en alza; un balneario en particular, marca la tendencia. Asambleas plenarias de arzobispos católicos y congresos ideológicos como el celebrado el año pasado por el partido político Unión Demócrata Independiente (UDI), han copado el santuario espiritual, que es el epicentro neurálgico con vista al mar que posee la playa. Con arena de piedrecillas, más amarilla y menos ‘pegote’ que la de otras, cada verano-y festivos- el número de visitantes aumenta. Pasando de cientos a miles. De ahí se justifica la inversión en pavimentación e iluminación en su plaza principal. Hay incluso una campaña para mantener limpia la playa, botando la basura en los contenedores dispuestos para ello. “Antes era más exclusiva”, afirma Rodolfo Ovalle (67), dueño de una cabaña en la zona desde hace treinta años. “Cuando quiero un respiro espiritual, vengo acá para meditar y desconectarme de Santiago”, arguye sereno Emilio Fuentes (35), quien cada vez que su tiempo lo permite se escapa en su auto a contemplar el azulino horizonte. Como él, todos buscamos un lugar para hallar la paz interior. Antes se hacía alpinismo en su gran roca. Aunque muchos han perecido al desafiar su escalamiento: he ahí las dos animitas. Eso no merma la tranquilidad evocada en sus terrenos, que se masifica cada día. Para enamorados, el rompeolas apreciado al otro lado de la roca envuelve la nostalgia impregnada en un aroma de brisa marina, que refresca el aliento. Antes no había boyas ni salvavidas. Ahora no sólo hay eso, sino también kioscos y en verano los teams atraen a más público. Posee casi dos kilómetros de playa; el sector sur es apto para el baño y para la pesca deportiva. El norte también, donde está un recinto veraniego del Banco Central; aunque veranean menos personas allí. Y las que van, lo hacen para mariscar. Si no es la playa más popular con el tiempo podría serlo. A medida que sube el comercio y el turismo en la zona, posicionándose la serenidad que explota su roca, se va esfumando la magia de este lugar especial: Punta de Tralca.

martes, abril 13, 2010

El deber de no deber


Como la vida se apagaba en ti, un antes de partir querías. Nada te quedaba, sólo poseías tus convicciones morales. La bella morosidad aparecía ante ti, con cara de erario, por eso, cada jornada intentaste saldarla. Una mañana, yendo a la rutina, los cuerpos bloquearon el futuro. Aún así, desesperada tu vejez enferma, pidió espacio para desprenderse de la atadura. El movimiento del vehículo, alentó tu deseo al punto de la ebullición realista: tenías esa deuda pendiente…De pronto, el “perdonazo” emanó de ella y tu existencia dio un giro de 180º. Mirando hacia el infinito, jamás volviste a pasarte rollos.

martes, marzo 23, 2010

Paradójica idiosincrasia “chilensis”



¿Somos alegres, solidarios y a la vez oportunistas?

Las conductas ímprobas y, al mismo tiempo, virtuosas que salieron a relucir tras el terremoto del pasado 27 de febrero son manifestaciones que forman parte del ADN nacional y que configura nuestra idiosincrasia.

Rodrigo Larraín, sociólogo de la Universidad Central, plantea que cuando ocurre un desastre natural, todo deja de funcionar, por lo que “el comportamiento de las personas cambia para bien o para mal. En cuanto al saqueo, para algunos no era robo, sino una necesidad básica del momento dada la emergencia, y mucha gente lo entendió así, porque la catástrofe hizo redefinir los parámetros morales que se trastocaron en el sur”.

Se dice que la oportunidad hace al ladrón. En este caso, según Larraín, los chilenos no somos oportunistas, pues “si lo fuéramos seríamos un país desarrollado y estaríamos mucho mejor como sociedad. Tal vez haya gente sin vergüenza, que se aprovecha de las circunstancias”.

Pero el terremoto dejó al descubierto también que los chilenos son caritativos y alegres. Cualidad que sale a flote porque “en el fondo, somos apáticos y cuando ocurren estas tragedias nos volvemos locos ayudándonos, dándonos afectos, siendo solidarios, porque teníamos esa carencia afectiva”, cree el profesional, quien estima que con lo sucedido habrá un alza en la migración desde el sur a Santiago.

Mientras que su colega, Eugenio Tironi comentó en algunos medios que el saqueo "es un clásico de las catástrofes en todo el mundo, no una particularidad chilena”. La falta de bienes de primera necesidad, provocó "histeria y sicosis colectiva, desconfianza a la autoridad y se llegó a un momento sin Estado". Sin embrago, lo paradójico es que horas después “comienza a surgir la parte más noble de la sociedad, el espíritu solidario, que hoy es impresionante a partir de las zonas menos afectadas por el terremoto", agrega.

Estar alerta

Cuando ocurran las réplicas, lo ideal es mantener la calma, actuar de forma racional y no infundir temor. “Es natural que la gente se descontrole, pero tampoco puede dejarse llevar por la paranoia que crean los rumores infundados que circulan irracionalmente, ya que ello puede ocasionar graves situaciones de violencia. Es necesario mantener la cordura y el control para poder actuar racional y criteriosamente frente a la situación que se presenta”, comenta la psicóloga de la Universidad Andrés Bello, Lucía Godoy.

Todos coinciden en que la necesidad y desesperación nos pone incivilizados, pero que finalmente la mayoría de los chilenos tienen la esencia de ser un pueblo esforzado, optimista y amigable. Algo que quedó demostrado con el éxito de la última Teletón: “Chile Ayuda a Chile”.

sábado, marzo 20, 2010

Clic sempiterno


Son eternos los tiempos en que uno se refleja a sí mismo, como cáscara de un fruto podrido ¿Acaso el amanecer prodigioso de la cordura tiene cara de afán? Creo que sí. No importa si lo grande se vuelve pequeño cuando la mente percibe de forma distorcionada. Nadie miente y, a la vez, todos mentimos. Oráculo de sabiondos. Comentarios apasionados. Cada quien con su discurso, cada quien con sus desmanes. Nadie hace las cosas por uno. Ni siquiera cliclear con el mouse... Me muevo por aquí, me muevo por allá y no hay ni un solo animal del cual aferrarme. Carcomo los días, someto el hedonismo a mi malestar interno. No lloro ni pienso, únicamente, me concentro en respirar la sabia de la manzana verde. El árbol ya creció. Ni siquiera dio frutos de canciones nostálgicas. Asumí la derrota de mi victoria. Apagué la luz de mi conciencia, pero, al mismo tiempo, enlacé mi espíritu con el pensamiento universal: conecté mi cable con el cosmos e hice clic en la conciencia divina. Nada es para siempre. Pero lo efímero lo convierto en imperecedero, cuando de lo simple acomplejo lo descalibrado del momento cursi. No añoro las porquerías; las consumo, porque el sistema me tienta. No hay escapatoria. Los diarios hablan de lo que pasó. Como decía el escritor portugues, José Saramago: "Los medios de comunicación se alimentan de conciencia". Por ende, quienes trabajamos en ellos, debemos despojarnos de los subjetivismos negativos que perjudican la calidad informativa. Debemos ser capaces de amasar los datos, procesarlos y transformarlos en información de calidad para los receptores. O sea, si hablamos del terremoto, de "Bombo" Fica o del "Feña" González, debemos aplicar la misms rigurosidad con la que un cirujano opera a su paciente. No hay reglas, pero sí, estilos sobresalientes en el periodismo escrito. Si hay que ser como las ratas, creíbles y además, tener un talento mínimo con la pluma literaria, entonces, el desafío es aún mayor, cuando lo que uno escribe se publica en Internet. Lo audiovisual se conjuga con los textos. Cada elemento forma parte del todo alineado en la superficie del portal web. Cada noticia sobre reconstrucción de Chile, sobre la pobreza, sobre el Mundial de Fútbol, sobre Obama o lo que pasa Japón, abundan por doquier en múltiples plataformas que simultánemente están a disposición de todos los que están conectados a este mundo globalizado. Hablo obviedades, pero que son verdades. Pocos ven más allá de sus ojos; yo soy uno de ellos. La verdad está dentro de uno. Lo externo existe en cuanto lo pensamos. Cuando pensamos algo, le damos vida después. Como constructores de la realidad, cada línea editorial mediática está controlada por la manipulación maliciosa de los dueños. Donde hay competencia, hay envidia. Donde hay envidia, ambición y si no podemos ser coopertativos con el resto, nos convertiremos en esclavos del sistema. Si a los famosos les pasa algo, ahí están algunos medios para hablar de ellos. Mejor dedíquense a relatar historias de interés social....Por eso, cliqueo aquellas páginas que valen la pena, cuyos contenidos te hacen reflexionar sobre lo que está pasando de verdad.

miércoles, marzo 03, 2010

Terremoto de la conciencia



Tiembla sudor. Tiembla razón. La mente como un remolino mezcla imágenes del pasado con las de un presente devastador. La naturaleza cobra revancha y ataca al hombre descuidado que habita el planeta tierra. Son movimientos con cierta sintonía, con cierta frecuencia. Cada cierto tiempo en Chile, la consigna "la unión hace la fuerza", nos vuelve a unir para sacar a relucir lo peor y lo mejor del ser humano-chileno. El arte de saqueo se practica por delincuentes y también por cuidadanos resentidos-y no tanto-que desesperados buscan atacar al sistema vulnerable, que tanto dolores de cabeza les ha causado por las deudas que adquirieron para obtener bienes materiales que ahora, después del siniestro telúrico, puede sacar gratis de las bodegas de los grandes supermercados. Así somos los chilenos. La oportunidad hace al ladrón, pero para un chileno promedio esas oportunidades se van haciendo habituales, sobre todo, en momentos de mayor dificultad, cuando ronda la inseguridad y el temor. Pareciera que está dentro del ADN social chileno, aprovecharse de las circunstancias. Puede ser una virtud si se aplica para el bien, pero tiende a primar en lo negativo, porque así se hace más reconocido, llama más la atención. En el fondo, es más fácil destacar en la malicia que en la bondad. Y eso es algo que lo chilenos saben de memoria. Este terremoto del bicentenario, nos recuerda lo que somos: un pueblo con identidad deteriorada que, a partir de lo que ofrece la globalización, busca ser desarrollado. Pero no somos tan malos. Cabe destacar que el factor desigualdad social juega un rol preponderante, al incentivar a los más desposeídos a robarle o quitarle a los de "arriba", lo que le pertenece a los de "abajo", porque los primeros se hiceron ricos a costa del trabajo de los segundos. El sistema capitalista permite tal situación. Al menos, eso cree el que saquea sin miramientos. Es un resentimiento social, pero también es una manera de burlarse del sistema....Entonces, aparecen los militares para restablecer el orden y la seguridad. La mayoría aplaude. Pero esos mismos que aplauden son los mismos que después condenan las violciones a los derechos humanos. En Concepción hay un caos, un terremoto social, es cierto. Pero habrá que ver hasta qué punto la presidenta Michelle Bachelet tolera terminar su mandato con fuerza del Ejército en una zona,
declarada en toque de queda. No estoy seguro de si su conciencia, lo podrá soportar. Por eso, digo que este es un terremoto de la conciencia. De la conciencia del que saquea, de las autoridades, de los afectados, de los que no les sucedió nada, de los famosos que se cuelgan de la desgracia ajena para venderse como solidarios y la de Dios, que tanto castiga a mi pueblo.....Atodos ellos, les digo: "lo que no te mata te fortalece". Así que, Piñera cuidado con abusar de la reconstrucción del país, dejando a los ´milicos´en las calles por más tiempo del que se debería. No justifique la represión para reconstruir el país. El tiempo, que lo cura todo, pondrá a prueba el coraje nacionalista-sionista del futuro mandatario. Que la paz del orden vuelva a reinar en el Chile sísmico.

viernes, febrero 26, 2010

Terminal del insomnio


Siento como que ya no siento como antes. Me encierro en mí mismo y no me permito abrir la mente. Soñar despierto sigue siendo mi consuelo. Al parecer el amor prosigue en su obsesión por obsesionarme y bloquear mi capacidad de amar. La ingenuidad de un sentimiento puro se pierde cuando es vacío. Carece de sentido. Es leve. Le falta el peso simétrico de la correspondencia. Resbalar con escollos psíquicos, ampara la misma consigna. En el terminal de mi vida comienza lo que nunca fue. Nadie añora lo que ya tiene. La ceguera viene de la conciencia, no de dilemas externos. El tedio se apoderó de aquél vagabundo hambriento de amor. Vive un mundo reinventado por él mismo. Atrae hacia sí lo mejor de las cosas peores. La dignidad la perdió cuando lo abandonó la fe. Recuperar esa condición de dicha es una tarea titánica, que requiere de la intromisión inmediata de una fuerza externa capaz de alivianar la caída desterrada. La autenticidad la construye cuando de sí mismo, no deja que se entrometan en su vida ni en la forma de cómo se comporta. Hablo en primera o en tercera persona. Da lo mismo, son intercambiables una de otra, si se considera que soy un ser humano más de ese mundo, que contempla las circunstancias. Puede que una vez capte el raciocinio de la vida, pero, en dos o tres veces seguidas, se vuelve una rutina demasiado rutinaria que aburre la mente al punto de anhelar desaparecer. Los años pasan y las lágrimas nunca aparecen. Esa mente no tiene manifestación física. Es una columna de metal sometida a los designios de quien la cobija. Nada entre la gente los separa. La distancia es tal, cuando el sueño agobia. El alma descansa realmente cuando la mente la deja tranquila. La conciencia pareciera ser enemiga del buen dormir; cuando los pensamientos revolucionan e imponen su constante estadía en el paraíso de la imaginación. Callar significa apagar las voces del silencio. No es audible un sonido que distorsiona la percepción. Más vale un amigo forastero que un compañero vecino del interés. La soledad permite aclarar el mundo interior. Pero ese mundo está influenciado por el exterior. Hacer que no incida tanto en la mente mental es una tarea compleja que requiere grados máximos de concentración. Los niveles altos de conciencia se alcanzan cuando entendemos que somos energía pura refugiada en un cuerpo denso. Fluir al favor del destino sideral consiste en vivir en equilibrio con la vida. Eso significa estar realmente despierto. El insomnio es un chaleco de balas que nos protege de la moralidad esclavizante de la sociedad. Apresúrate a romper cadenas frondosas construidas con acero celestial. Al final, divagamos y especulamos un mundo feliz. El futuro promete tanto menos que el presente. Haz que de la realidad no te mantengas ausente. El abismo personal sí tiene un nombre y se llama desolación. En ese instante descubres el sinsentido sempiterno que carcome la vida enraizada en tus poros demacrados. La sensación de sentirse una “cosa” de la creación contribuye a minusvalorarte como persona íntegra capaz de convocar cambios profundos. Ya lo entenderán los evolucionados espiritistas, que ven, en la magia de la psiquis, su razón de ser. La astrología aterriza el hermetismo de leyes universales. Nunca descifraremos el código de la vida. Lo que sí haremos, será transformar el cerebro en una máquina dotada de telepatía cósmica capaz de crear y transportar dimensiones disímiles, a distancias imposibles de percibir con el actual modo de pensar. Si hasta el caballo galopará más rápido. El que se extinguirá será el involucionado que atribuyó, a otros, lo que provocó su propio ser. Mientras quienes descubrieron la verdad dentro de sí mismos se liberaron y abrieron el espectro de su percepción cuántica, incluso, más allá de eso. Todos tenemos un don que explotar, pero vivimos sometidos a leyes terrenales que no permiten enterarse de aquello. La ignorancia es amiga de los magnates, pues inculcándoselas a otros se hacen cada vez más ricos. Y no es que ellos sean visionarios, sino que saben dominar el mundo con su ordenamiento absurdo e injusto. Mis palabras tienen olor a protesta. Ahora, lo patético no es eso, sino que radica en que ni yo sé lo que escribo. Yo escribo lo que creo, no creo lo que digo. Me enferma la vida plana, pero la añoro cuando me la tomo demasiado en serio. El equilibrio siempre es simbiótico, nunca es de una misma especie; proviene de múltiples fenómenos que, conjugados en un solo proyecto, conformarán un nuevo tipo de humanidad más humada y menos mundana. Me explico: imperará una razón más equitativa y menos competitiva. Después del 2012 algo cambiará. Si no es así que me parta un rayo. El tren ya comenzó la cuenta regresiva de mi pasión. Mi saliva tiene sabor a mujer. Adoro a una fémina que me saque de mis casillas, pero en el buen sentido de la palabra. Necesito la musa que encienda la inspiración desterrada a un lugar profundo de mi corazón. Desorientación. No hay un después. Hay un aquí y un ahora. Nadie sabe lo que va a pasar mañana. Sólo existe el presente eterno. Entender eso, requiere un magnetismo sublime. Sin embargo, algo se asoma a lo lejos ¿Será el templo del placer? No, falta para eso ¿Será la escuela de la sabiduría? No, la mejor escuela es la vida misma ¿Será el horizonte marino? No, siempre estás allá ¿Será el paraíso ecuménico? Por ahí va la cosa. Una nueva religión está naciendo. Sin dogmas. Sin condiciones. Sin deberes. Sólo pensar un poco más las cosas. Cuando se piensa demasiado algo no se disfruta. Pues bien, hacer del pensamiento una gota de goce para que cada imagen mental se convierta en un manantial de día y no de oscuridad polvorienta y sucia. Ya me cansé de cansarme. El insomnio tiene un punto sin retorno: es simplemente vivir. El cuerpo nunca satisface del todo al alma, no obstante, tiende a dominarla a su albedrío. Falta más autonomía del ser. Falta un motivo más divino. Falta esperanzar la esperanza que está en coma, a punto de perecer e irse al patio de los callados. Todos somos distintos. Da la impresión que la mayoría vive a expensas de la cultura imperante. Con responsabilidades hacia otros, uno se descuida a sí mismo. Somos irrepetibles. Nadie es es como nosotros. Descubrir eso es la lucha constante por trascender. El primer paso es aceptar que existimos. Quiero amar, amando lo amado y no exigiendo. Es la juventud la esclava del futuro. La vejez es la reina de la pereza. Ayúdate a ti mismo ¿Qué hay del hombre? Hay un animal dentro de él. No se te olvide eso. Nunca pensaremos igual todos. Pero el opio sigue funcionando manipulando las mentes. Ser manipulador tampoco es el objetivo. Pero los mismo quienes desean los cambios son los mismos que quieren lideran cuando se produzcan. Al final son también usureros de fe. Ya terminó el insomnio. Quiero dormir. Quiero soñar con algo mejor y peor también. Cuando deje de latir mi corazón, ahí si que no habrá nada nuevo bajo mis narices. Cada quien tiene el derecho de propiedad. El desorden está en el orden de lo no captado. Cuando se capte eso, al fin podremos ser humanos. Mensajero de un mensaje diminuto y, a la vez, endulzado con afanes feudales. Somos reyes de la existencia, pero esclavos de la creación. Para el que entienda. Para el que cante. Para el que se lamente. Deshago mi propio desenfoque. Me escapé de lo terrenal, pero me hace falta maldición. Bendición es algo que ya tengo. Agradezco a la vida.

martes, febrero 02, 2010

Un temor previsto


Ya es una realidad. Sebastián Piñera es el nuevo Presidente de nuestro país, electo en segunda vuelta el pasado 17 de enero. En una votación histórica la derecha vuelve al poder luego de veinte años de gobiernos de la Concertación. Coalición que deja un legado en avances, sobre todo, en obras de infraestructura pública y políticas sociales, pero, a la vez, deja materias sin resolver en ámbitos de la salud y educación. Por eso, al nuevo mandatario le tocará asumir los desafios del Chile bicentenario. País que con 200 años de historia aún no soluciona el flagelo de la pobreza, graficado en la mala distribución de los ingresos, los cuales siguen siendo muy disímiles entre el quintil más pobre y rico de los chilenos. La educación pública de calidad no está aseguraada para todos los ciudadanos, sin importar su condición socioeconomica. Tampoco existe un programa de salud integral que garantice ese derecho constitucional a nuestros conciudadanos. Si bien con el Plan Auge muchas personas que padecían alguna de las enfermedades que cubre este programa se ahorraron mucho dinero en medicamentos y tratamientos, debería haber un sistema que cubriera todas la patologías existentes o, al menos, la mayoría. Eso lo debe tener claro Piñera, para quien-supongo-el Estado debe modernizarse y continuar con su rol subsidiario de velar por el interés común y no por el de unos pocos ricos privados y privilegiados, que dominan un mercado frío y sin escrúpulos, que acumulan dividendos con repartijas miserables. Pero no sólo en la salud y educación vemos falencias, también la deuda pendiente está con la clase media, que no ve ningún beneficio del aparato estatal. Habría que ver si Piñera realmente se la juega por un sector abandonado por los anteriores presidentes concertacionistas. Si es la voz del cambio, debería modificar la forma de hacer política en Chile, donde primen los acuerdos y no las imposiciones unilaterales que generan conflicto y debilitan la democracia. El cambio no tiene que verse sólo en la eficiencia de los nuevos rostros que trabajajen para el sector público, sino que también en la manera de implementar las políticas que deben concitar más transparencia, menos burocracia y más rapidez.


Sin embargo, hay una situación que podría afectar la estabilidad e, incluso, la gobernabilidad del futuro gobierno que asume el próximo 11 en marzo. Se trata de las manifestaciones sociales. Y es que lo más probable es que la mayoría, sino todos, los grupos de presión, llámense sindicatos, la CUT, los gremios de profesores, camioneros, estudiantes, colectiveros, ANEF, etc.. Todos estarán-probablemente- en desacuerdo con muchas de las medidas que adoptará la Colación por el Cambio en asuntos económicos y políticos. Lo más seguro es que estos grupos manifestarán en las calles con movilizaciones que le darán más de un dolor de cabeza al nuevo mandatario. Si a ellos le sumamos aquellos grupos rebeldes que dicen pertenecer y/o representar a sectores de extrema izquierda-anarquistas y los típicos encapuchados que hacen disturbios en movilizaciones pacíficas-, provocarán juntos, un desorden demasiado caótico, ante el cual Piñera podría reaccionar afirmando que "habrá mano dura contra los manifestantes", con la consecuente incidencia de medidas represivas que implicarían más dotación de carabineros en las calles para frenar estas marchas y restablecer el statuo quo. Pero acciones de esa índole podrían derivar en conflictos sociales agudos, con muchos accidentados e incluso heridos de muerte, lo que, a su vez, podría propagar los disturbios en otros sectores hasta ese momento serenos, como una contrareacción de estos grupos indómitos. En el fondo, habría un caos social del cual los revolucionarios estarían muy contentos. A lo mejor, no existirían las condiciones que desembocaran en un nuevo golpe de Estado, pero sí un fuerte revuelo social del cual Piñera no sabría defenderse, pues como no es tan permisivo como su antecesora Michelle Bachelet, respondería a la violencia callejera seguramente con más violencia, a través de la fuerza pública y quién sabe si el Ejército nuevamente se coludiría con la derecha para atacar a civiles.

Todo lo anterior es un temor previsto de alguien que trabajó para el gobierno militar, cuyos colaboradores amparaban las políticas represivas de ese régimen dictatorial que resquebrajó la democracia chilena. Cabría esperar que ese temor, sea sólo eso y no se convierta en una realidad que estropearía todo el desarrollo social alcanzado hasta el momento por los gobiernos concertacionistas. La derecha si no es capaz de lidear con la clase trabajadora ni darle espacios de progreso, empleo y verdaderas oportunidades de las que tanto se jacta que dará Piñera y sobre todo a los chilenos más necesitados, su gobierno ni siquiera podrá terminar su periodo ordinario de cuatro años. En consecuencia, se pone a prueba en el gobienro que se asoma, la tolerancia y soporte técnico del nuevo aparataje estatal, compuesto por gente idónea que-espero-se preocupe por las personas de carne y hueso y no de cifras ni de los vaivanes del mercado que tanto le harían mal al pueblo chileno y a su gente.

jueves, enero 28, 2010

No sé enamorarme


Aparece sin previo aviso. Penetra en los más hondo de las emociones y hace vibrar el cuerpo y el alma. Estremece hasta los huesos. Es una energía que se inmuta entre llanto, alegría, sudor y canto. Son sensaciones alteradas que merman el buen juicio. Me doy cuenta que el amor te pone ciego. Pero uno no ve todo negro, al contrario, visualiza panoramas bellos con la persona deseada. Paisajes románticos, llenos de la rica nostalgia eterna con sonidos que precipitan el corazón y nublan el pensamiento. Esa ceguera amorosa se prende aún más cuando las miradas se cruzan. Cuando el gusto por el otro se acrecienta, en la medida en que los cuerpos se rozan, se mueven sin indiferencia y con entrega total hacia el ser querido. Pero también ese mamantial de inefables sentimientos salen a relucir cuando la quietud dibuja en la mente sólo la imagen de la persona anhelada. Ese enfoque selectivo, al punto de suprimir cualquier elemento distractivo, produce en el ego una alatargada, suave y delicada fragilidad de risa y a la vez pena, en un corazón que que siente cosquillas y se estremece de un goce espiritual. Aquella descripción muestra indicios de enamoramiento. Torrente acalorado y nublado que alegra el espíritu y contenta el caminar. Algo nuevo para mí. Algo lindo por sentir. Aprender a ser correspondido es una tarea que requiere paciencia. La ansiedad debe perecer ante la opulencia infinita del amor. Si la felicidad trae suerte, entonces, la dosis perfecta del un amor verdadero encierra el concepto de plenitud interior. Paz interior. Mundo interior, que se exterioriza con actos hacia el ser querido, que nunca deja de valorar, pase lo que pase. Sufrir es parte de eso. Cuando duele el corazón es cuando se ama de verdad. Si bien todavía no amo, estoy ad portas de sentir algo así. Si el destino lo permite y la mujer que quiero me ayuda a calibrar ese esplendor de tesoro amoroso que tengo para regalarle, que Dios sea testigo de que por ella moriría y volvería a nacer en un amor eterno, donde la muerte no tendría cabida. Esa idealización me gusta si siento que esa persona siente lo mismo. Si no llego a eso, me conformo con que en el mundo terranal sea yo su hombre que despierte su amor sempiterno.