martes, julio 11, 2017

Los desafíos de Guillier



No remonta, Alejandro Guillier. Es un hecho. Varias encuestas de medición electoral, en las últimas semanas, han mostrado una baja o estancamiento de su candidatura presidencial. Sin ir más lejos, la última encuesta Cadem, incluso lo dejó en tercer lugar, con 9% de preferencias, en comparación a Beatriz Sánchez al 15% del Frente Amplio (FA) y el 30% que obtiene Sebastián Piñera de Chile Vamos.

No haber ido a primarias fue un error no forzado que hoy le pasa la cuenta. Tal vez, el mejor escenario era que él, junto a su contrincante de la Nueva Mayoría (NM), Carolina Goic (DC), compitieran y así uno de ellos se validara dentro del bloque oficialista. Y por la vereda de al frente, Manuel José Ossandón no hubiera competido con Piñera y llegara directo a la papeleta en noviembre; y que Felipe Kast, como era predecible, perdiera. Dicho escenario, hubiera propiciado más competencia y un panorama propicio para Guillier. Incluso, el FA hubiera obtenido más votos, de los 300 mil y fracción que sacó, dado que, seguramente, muchos de los votantes del ex alcalde de Puente Alto, para que no ganara el ex presidente, hubieran votado por Alberto Mayol o Sánchez.

No ocurrió eso y la realidad parece ser más cruda para el periodista. Debe, en primer, lugar completar las firmas. Dice que lo hará dentro de este mes. De lograrlo, tiene cuatro meses para reencantar adherentes y convocar a más personas a su bando. Algo que, por ahora, se ha visto complejo. Su candidatura genera ruido, incluso en su sector.

No aglutina fuerzas dentro de los seis partidos que lo apoyan: PC-PS-PPD-MAS-IC-PR. Guido Girardi ha dicho que la opción guillierista "es un castigo para la NM". Otras voces, como la del ex socialista y actual correligionario del FA, Jorge Arrate, señalan que no tiene liderazgo para gobernar un país. En la derecha, han dicho que no tiene posturas definidas en distintos temas. Además, ni Lagos con su "paso" ni otros personeros como Isabel Allende o José Miguel Insulza, han salido a defenderlo o apoyarlo abiertamente. Eso habla de la inseguridad que genera en su propia coalición.

"No soy político". Esta frase quizás resume que, desde un principio, Guillier no estaba del todo convencido en ser candidato. Si él mismo no se considera un ser político activo, difícilmente, podrá convocar con su discurso. A lo anterior, se suma que no quiso militar en ninguno de los partidos que lo respaldan y mantener su "independencia con partidos". Dice ser la voz de los ciudadanos y de personas en regiones que lo apoyan. Sin embargo, eso  no sería suficiente para lograr apoyos necesarios para, primero, pasar a segunda vuelta y, segundo, ganar la elección a Piñera.

El desafío, por tanto, del ex panelista de Tolerancia Cero es hacer converger su discurso dentro de la NM, que los líderes consagrados lo respalden en bloque. Captar los votos del centro, la Democracia Cristiana y de los viudos de Ossandón. Además, de conseguir el apoyo del FA, cediendo espacios al programa social de este nueva agrupación política. Al ser comunicador social debería tener más presencia mediática y ser una figura más de peso que Sánchez, quien es primeriza, pero, al parecer, más popular. Con todo ello, Guillier sería competitivo y un candidato serio a La Moneda, porque si sigue como está, su independencia pesará más a la hora de captar seguidores y perderá la presidencia.




lunes, julio 03, 2017

ERROR no Forzado...en una final



Humano es errar. Se aprende de las caídas. Lo que pasó hoy con Marcelo Díaz no es para crucificarlo. Quedará marcado para siempre en su vida y en la historia de nuestro fútbol. Sin embargo, duele más una derrota por un error propio-más encima no forzado-, que en base a méritos del rival.  

A Chile le faltó la contundencia. Lo dijo el equipo y el DT de la selección. La misma que tuvo con Argentina en las dos finales ganadas, y frente a Portugal en la semifinal. No hay triunfos morales, simplemente perdimos. Jugamos como siempre y perdimos como nunca. No sacas nada con tener un dominio del 60% y más de 20 llegadas de peligro al arco contrario, sino sabes transformar esa ventaja en gol. Mejorar algo, entonces, al 100%: poder de finiquito.

Ante lo anterior, sólo queda decir: "¡Vamos Chile!". No se acaba el mundo, ni nada por el estilo. La gente va a trabajar, gana Piñera y la contaminación atmosférica es la misma en Santiago. La diferencia es que hoy el té y la "Marraqueta" tienen un sabor distinto. Un "team" de verdad mojó la camiseta hasta el último minuto, aunque eso no fue suficiente.

Me quedo con la entrega del equipo, con la capacidad de agruparse y conformar, prácticamente, una familia. Y nadie va a creer en ellos si ellos mismos, y sus cercanos, no lo creen.

Tal vez, algunos pecaron de soberbia antes de la final, al decir que si ganaban eran los mejores del mundo. Otros, muy relajados, criticando a la prensa y señalando que se valore más a la selección. Esas palabras debieron ser emitidas sólo si se es campeón. Así, nadie te puede decir nada, dado que eres campeón. Decir antes eso, fue morderse la cola, y eso da pie a burlas, memes, críticas y que se saque en cara eso.

Igual destaco la mentalidad ganadora de Vidal y compañía. Se creen el cuento y que son capaces de ganar una copa. Ganaron por eso dos finales. Una copa más, una copa menos, Las vitrinas de la historia verán a Chile finalista y no campeón de la Copa Confederaciones-2017.

Primó la táctica fría alemana por sobre la gambeta, pasión, corazón y ganas sudamericana. Como sea, los "Teutones" supieron liquidar, haciendo tiempo, faltas, defendiendo con cinco jugadores en el área chica. No les importa nada con tal de ganar. Llega una vez y hace el gol. O el rival se equivoca una vez y ellos lo aprovechan y lo transforman en gol. Ganó la selección joven, cuyo técnico supo transmitir su mensaje y experiencia.

Queda esperar otra final soñada. La fe sigue intacta. Un error no forzado no mata todo el trabajo hecho por esta generación por más de diez años. Ha seguir creyendo que el próximo año se nos viene el Mundial de Rusia-2018. Y Chile-por qué no-será campeón.