jueves, septiembre 13, 2007

Cuentos Santiago en 100 palabras

LA MUERTE DEL ASESINATO


Parecía un muerto en vida. Lo vi deambulando de día por las antiguas calles santiaguinas. Tenía pinta de ejecutivo estresado. Venía del trabajo. En la “Piojera” el terremoto lo había dejado eufórico por el dinero, cometiendo allí el crimen. Cojeaba, lloraba y recordaba. La contaminación lo agobiaba. Portaba un arma desconocida. Deduje que era un sicario contrito. Iba sin rumbo fijo. Mientras que el río Mapocho se le asomaba como salida. ¿Hacia donde se dirigía? Hacia la causa de su muerte en vida. Hasta que la encontró. La enfrentó y despertó en la catedral. Rezó. Dios lo perdonó: Delito fenecido.


HUELEN AMOR

Por Internet se conocieron. La distancia era el impedimento; la paciencia, el remedio. Sus almas estaban ansiosas por entrelazarse. La demora fue eterna. Mensajes instantáneos dibujaron sus recuerdos. Hasta que volvieron a verse. La metrópolis fue la ciudad escogida. Punto de encuentro: las lomas de un cerro. Guarnición del conquistador. Colina de parejas. Castillo de amantes. Temprano el sol alumbró su unión. Ansiosos, acariciaban su éxtasis. Pasto aplastado. Retumba el cañonazo. El medio día los pilla bajo un frondoso árbol. Se paran y se van. Juran no separarse más. Santa Lucía se convierte en la patrona de su amor.