Cuesta aceptar que ya no estás. Eso que uno sentía por tí sigue, pero ya no sirve de nada. Te fuiste. Dejé que te fueras. No opuse resistencia. Tal vez, debería haberme opuesto. Como en ocasiones anteriores. Pero me ganó la cordura y para la dignidad de ambos, cedí. Lo hice para seguir tu voluntad. Voluntad tan cambiante, en tanto esencia femenina eres. Me costó entender y preferí dejarte partir. Se aburrió la ansiedad y ahora se arrepiente, porque, todo mi yo, te echa de menos. Lamento no haber sido el hombre que esperabas. Lamento no haber sido la persona con la cual no pudiste concretar tus anhelos.
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Me quedo con tu ser hermoso que me regaló su amor, su pasión, entrega, creatividad, sorpresa, afecto, lamentos y sinceridades. Tu alma transparente me cautivó y me enamoró. No puedo dormir, ahora que no estás. Una pata coja volvió en mí. El vació regresó. No importa, al menos, tengo más vivencias. Más pelos caídos, con más amor sentido. Sé, de aquí en adelante, cómo conducir mi alma. Es el presente que no deja de doler, pero pasará. Vivirás en mí, porque ese lugar no lo ocupará nadie, aunque toque mi puerta otro ser. A ese otra, el tesoro será distinto. El tuyo es único. Como ese, no encontraré de nuevo. Lo bonito que fue tierno. Fue caótico también y complicado, pero siempre hubo pasión, incluso en momentos de tensión. Los colores de mi aura están entremezclados. Los inciensos que dejó tu partida me sirven para estabilizar la mente. Soñarte despierto es mi consuelo. Manos frías. Pies helados. El estómago se redondea al no sentirte.
Acá o allá, igual te deseaba. Cuando te tuve a mi lado te valoré, tanto como cuando te tenia a distancia. Al principio la distancia era efímera. Hoy, es una lejanía que parece no tener término y eso duele y hace latir con menos frecuencia el corazón frío de invierno.
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Noches de calor añoro. Fríos espanto, con la artificialidad de estufas quietas. No logro moverme. Giran y giran los pensamientos. Algo permanece latente en mí: la imagen de tu silueta. Dibujada con una mano tenue; la mía tocó la gloria y acarició placeres. Suavidad genial. Armonía tierna. Las razones para tenerte las creaba siempre. Dormir a tu lado era un privilegio sortilegio. No te llamo. Tu voz se apagó en mí. Hay que asumirlo, aunque cueste. Tu futuro allá lejos, es sólo tuyo. El mío está solo ahora, y reinventándose para surgir con este vacío que existe. Otra persona se vio invulucrada en nuestros errores. Tu hijo también debió trasladar sus expectetavias de una ciudad a otra. Eso estuvo mal por parte de ambos. Luchamos. No fue suficiente. Nos separamos y eso duele aceptar. Las hojas siguen cayendo.
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No quiero acordarme, pero el recuerdo llega solo. Pienso en ti sin querer. Y eso igual me afecta, porque te echo de menos y extraños cuando estabas acá a mi lado. Sé que no es facil superar esta separación tan facil. Sobretodo, porque realmente nos amábamos y entregamos mucho cada uno para que funcionara lo nuestro, pero finalmente no fue así. Esto duele. Me mandas imágenes tuyas. No sé si por despecho o porque también me extrañas. Lo más probable es ahora lo estés pasando bien y rápidamente podrás encontrar a alguien que esté a tu lado si así te lo propones. Eres atractiva y lo sabes. En cambio, yo ni siquiera tengo plata como para salir. Estoy solo en el departamento y en verdad te echo de menos. No sirve de nada decirte esto, a estas alturas, pero quería que lo supieras. A mí me sirve, al menos, para desahogarme, por eso escribo estas líneas en mi blog, en estos momentos. Siento el frío de la soledad. Tú igual tienes a tu familia.Con la mía estoy alejado. Sólo a mi abuela he visto. Es difcil aceptar que ya no estás. Bueno. Dar vuelta la página me queda. Y nadie ocupará tu lugar acá, aunque encuentre a otra persona. Ni nadie ocupará el lugar que tenía en tu corazón. Como sea, la vida continúa ya sin ti.
