lunes, febrero 25, 2013

ESE DOLOR QUE LLEGA SIN SER INVITADO


De verdad que duele, dolor en el pecho. De verdad una pérdida significa derrame de lágrimas. Uno sabe o ha escuchado que cuando ocurre un suceso trágico, el sufrimiento cobra vida. Lo he visto en otras personas. He empatizado con otros. Sin embargo, nunca me había ocurrido a mí. De improvisto tocó mi puerta. No me quedó otra que abrirle. Escalofrío, inquietud y llanto incontrolable, sentía. Se estremece tu cuerpo. Te desesperas. No lo puedes creer. Te cuesta asumir. De pronto, el sol que brillaba en tu ventana, se oscurece y se van a negro tu corazón, mente y sentimientos.

Cuando muere un ser querido, es como una piedra lanzada directo a tu corazón. Respiras menos. Sientes frío. No hay nada, sólo tú y la no creencia de lo ocurrido. Se inflama el dolor cuando vez que otros seres queridos están sufriendo, y eso, te ahoga el espíritu y seca la boca. Lo comprobé: El dolor del alma, duele un 100% más que el físico.

Te ahogas. No puedes respirar y todo huele mal. No te animas a hacer nada, y te invade un frío terrible. Luego viene el tema de asumir el dolor. Eso cuesta aún más. Pueden pasar días, meses o años, dependiendo del grado de afectividad que tenía esa persona cercana. Finalmente, el dolor pasa cuando ya dejas de pensar en la persona que partió. Sabes que está en mejor vida. Sin cuerpo, pero mejor que este caótico mundo. Desde el Más Allá nos mira para protegernos o guiarnos para no equivocarnos en esta corta vida.

Lo que no mata fortalece después. Después de que asumen que partió y que eso forma parte de la  existencia que pasa a ser inexistencia en la Tierra, pero converge a una dimensión inefable a la todos iremos a parar.

Llegó el dolor sin ser invitado y lo sacamos sin avisarle. El tiempo que pasó no importa. Lo que importa es que lo hayas despachado al olvido. Lo muertos mueren cuando se les olvida. Los vivos lo son cuando son conscientes de que no están muertos. Una paloma vi caminar y un perro volar. La realidad se alteró por momentos y se desvaneció.


jueves, febrero 14, 2013

Un alivio convertido en pesadilla





-Banco Santander, con su producto “Alivio Hipotecario” estafó a un centenar de personas, ofreciendo rebajas a los dividendos entre un 20% y un 30%, a partir del año 2009.

-Los clientes cuando cancelaran su crédito hipotecario total, pagarían este descuento. Sin embargo, se les cobró un “Cuotón”, es decir, una suma exorbitante que es más de diez veces la cantidad pactada con un 70% de tasa de interés, sobrepasando con creces la tasa máxima convencional vigente.  

-Muchos clientes perdieron su casa y otros temen que les suceda lo mismo. Algunos acudieron al Sernac, SBIF, Odecus y Conadecus. Sólo esta última se hizo parte en el caso y presentó una demanda colectiva en contra de la entidad financiera.




Por Gabriel Angulo

Una solución se transforma en problema. El fin era disminuir la carga de endeudamiento y al final se termina pagando más por el producto adquirido.

Si la deuda era abultada, con la estafa disfrazada de ayuda, aumenta. Los afectados: más de un centenar. El responsable: una entidad financiera. Nada nuevo bajo el sol en un país donde los abusos están al orden del día.

El descaro para lucrar es sin mirar a quién. El cliente es un número. Algo que tiene claro Banco Santander, que mediante su “Alivio Hipotecario” engañó a sus clientes para obtener utilidades con intereses usureros.

ENGRANAJE DE LA ESTAFA

Corría el año 2009. La crisis económica subprime comenzaba a dejar huellas en Chile. La gente perdió poder adquisitivo. Los bancos se inquietaron y no encontraron mejor manera de ganar utilidades, que cobrarles más a sus propios clientes.

El Banco Santander ofreció a quienes adquirieron créditos para financiar su casa propia, el producto “Alivio Hipotecario”. La idea era disminuir un tercio el monto de los dividendos mensuales.

Es decir, una rebaja de entre un 20% y 30% en cada una de las cuotas hipotecarias, durante un lapso de 36 o 48 meses consecutivos, y luego de expirar este plazo el dividendo volvería a la suma original contratada.
Para que se entienda. Si el crédito era a 240 meses y cada cuota mensual era de $400.000, por ejemplo, considerando que el “Alivio Hipotecario” ascendía a un 25% por 36 meses, lo dividendos bajarían a $300.000 cada uno. Cuando pagara este producto, el cliente seguiría cancelando la suma inicial.

El dinero rebajado sería pagado a partir del mes 241, con el número de dividendos mensuales y sucesivos de $400.000, necesarios para pagar el capital, reajustes e intereses. En concreto, el pago de la diferencia, en este caso los $100.000- rebajados durante 36 meses ($3.600.000 más intereses)-, se saldaría al final del crédito original.

ORIGEN DEL “CUOTON”

Hasta ahí todo bien. Sin embargo, la entidad financiera no cumplió lo pactado. Desde el año pasado, cuando comenzaron a expirar los primeros pagos, decretó cobros excesivos.

A partir de junio, convocó a sus clientes “aliviados” por la web o teléfono para cobrarles sumas exorbitantes que, según la entidad, corresponden a las cantidades rebajadas durante los meses en que se les aplicó el beneficio, de una sola vez, a través de lo que denominaron el “Cuotón”; que es superior en 10 veces a la cantidad rebajada multiplicada por el número de meses que operó.

Para los afectados, la letra chica se graficó en un pagaré en blanco que firmaron y que concretó el descuento, pero no recibieron documentación de respaldo a esta trámite.

El engaño se grafica, entonces, en que el descuento no era por tres años, sino por el total de las cuotas del crédito. Ese “detalle”, explica que la deuda sea superior a siete millones de pesos en todos los afectados, y no de tres millones y cifra, que resultaría de multiplicar el plazo de rebaja por el monto de la misma. El banco aplicó intereses que superan el 70% anual, muy por sobre el máximo convencional del año 2008 en adelante.

Desde el banco dicen que a los clientes se les hizo llegar “el monto que se les cobra, es lo que ellos pactaron en el producto y que correspondería a lo que los deudores hipotecarios que aceptaron ese producto deben al banco por las rebajas en los dividendos”, aclaran.

Añaden que sus clientes tienen dos formas de pagar el “Cuotón”: de una sola vez (cuestión imposible para los deudores), o pactar un nuevo crédito hipotecario, a un plazo de 20 años, el que abarcaría el total del primer crédito, más el denominado “Cuotón”. Si no realizan esta gestión, o firman cuanto antes en nuevo hipotecario, el banco amenaza en cobrar judicialmente el pagaré en blanco que firmaron al momento de convenir el “Alivio”.

PERDER LA CASA

Son más de un centenar los estafados. Si se hace una estimación de lo que pagaría cada uno, el banco recaudaría más de $500 millones por concepto de fraude.

María Torres, profesora iquiqueña y madre, buscaba un apoyo para reducir sus gastos. Finalmente, terminó pagando más.
Cancelaba $240.000 de dividendo, que se rebajó con este producto en $50.000. Es decir, la cuota quedó en $190.000. Cuando terminó los 36 meses la llamaron del banco informándole que debía $9 millones.

Hoy debe pagar $217.000, más la cifra del “Cuotón” que equivale a $67.000 por veinte años. Mientras que a su hermano Roberto, le quitaron la casa.

“Cuando me enteré quedé helada (…) Los ejecutivos se coludieron, emanaron órdenes a su personal para engañar a la gente y ligarlas a este producto, porque si no lo hacían los despedían. Los obligaron a mentir, dándoles bonos también”, cuenta.

La mujer añade que “me hicieron firmar en blanco. No me dijeron que yo había firmado por $7 millones. Me enteré tres años después que me habían agregado esta cifra”.

Decidió no pagar, lo que implica que el banco judicialice su deuda y con los intereses aumente. La mayoría quedó en Dicom, con demandas en su contra. Torres teme que le quiten a su casa, y eso le puede ocurrir a decenas de personas afectadas. “Lo que quiere el banco es embargar a todos, porque saben que estas personas no pueden pagar. Si a mi hermano le quitaron la casa, a cualquiera le puede ocurrir”, se lamenta.

El banco respondió señalando que el documento “pagaré” suscrito en blanco, constituye el instrumento que actúa como contrato. Algo que Torres califa de ilegal.

Quien también está indignada es la santiaguina e ingeniera en comercio exterior, Andrea Alegría (32). Tiene dos hijos y es madre soltera. “No pienso pagar. Hay gente que ha tenido que repactar por obligación. Yo no voy a firmar ninguna repactación, hasta que salga el resultado de la demanda colectiva”, sostiene.

“Mi deuda va ya en $30.000.000. El banco  me respondió que se me entregó la información necesaria y que cada cliente sabía lo que firmaba. Algo que es mentira”, arguye la profesional.

Alegría recurrió a las SBIF, el Sernac, Odecus y la Conadecus. Esta última entidad privada de consumidores fue la única que acogió su reclamo.

“Las instituciones nuestras no sirven para nada. He utilizado las redes y he mandado muchas quejas. El Sernac lo único que nos dice es: ustedes hagan la demanda. Le escribimos al Presidente Piñera y nada”, critica con tono beligerante.

Como no obtuvieron una respuesta por parte de las autoridades, los afectados respaldados por la Conadecus presentaron una querella en contra del banco en el 7º Juzgado de Garantía de Santiago, a fines del año pasado y la ampliaron el 4 de febrero por los delitos reiterados de usura, abuso de firma en blanco y estafa residual.

La Fiscalía Centro Norte, ordenó de investigar el caso, llevado por la fiscal Giovanna Herrera, quien decretó diligencias a la Brigada de Delitos Económicos (Bridec) el 14 de enero. Los afectados están esperando que los citen a declarar y que se haga justicia. No pierden la esperanza.


DEMANDA COLECTIVA

Varios medios de comunicación han omitido este fraude. Incluso TVN en el programa “Esto no tiene nombre” censuró el tema, siendo que a muchos afectados los entrevistaron en julio pasado. Nuestro periódico, como independiente, tomó la batuta y se atrevió a denunciarlo.

Conadecus, en agosto pasado interpuso una demanda civil colectiva en contra del Banco Santander en el 4º Juzgado Civil de Santiago por las cláusulas abusivas que advierte en los contratos del producto “Alivio Hipotecario”.

El trámite se llevó a cabo con la presencia del Abogado a cargo de la demanda, Federico Joannon, y Hernán Calderón, presidente de Conadecus, acompañados por un grupo de consumidores afectados, quienes entregaron sus testimonios sobre esta mala práctica.

El ofrecimiento de este producto en estas condiciones –dicen-  era atractivo para los clientes, los cuales lo aceptaron, firmando un pagaré en blanco. “El banco materializó la rebaja, sin más explicaciones ni formalidades. No existió documentación alguna de respaldo, incurriendo en severas infracciones a la Ley de Protección de Derechos del Consumidor”, explica la entidad.

El presidente del organismo comentó con nosotros el asunto. “No corresponde lo que hizo el banco. Queremos que se les cobre lo justo a la gente. Tiene que reestablecerse lo que el banco prometió. Esto es un alivio, no una pesadilla”, dice.

La gente quiere una pronta solución, aunque las demandas colectivas son de largo aliento. “Demoran entre cuatro y cinco años en resolverse. Mientras tanto, buscaremos la forma en que estas personas no puedan perder sus viviendas, porque tienen que estar protegidas, pero eso lo tiene determinarlo la justicia, mientras dure el proceso”, apunta Calderón.

Repactar es aceptar las condiciones que pune el banco. “El llamado a los afectados es que se acerquen a Conadecus para que puedan  asesorarse con nuestros abogados (…) Ellos determinarán si es factible o no congelar el pago o repactar, según las condiciones de cada uno”, sugiere el dirigente.

Mientras que el Sernac sólo realizó una mediación, como lo hace siempre cuando recibe un reclamo, ante cuya gestión el banco entregó una respuesta, la cual le fue comunicada a los afectados.

“Tenemos facultades para, a través de una mediación, buscar soluciones en una etapa extrajudicial (…) Si la respuesta es insatisfactoria para los consumidores, ellos tienen la posibilidad de exigir sus derechos ante la justicia, y serán los tribunales quienes finalmente determinen. Como Sernac nos hacemos parte en aquellas causas que afecten el interés general de los consumidores”, justificó la institución.





La estafa en números

Planilla que demuestra el fraude que les ha producido esta situación a los clientes que contrataron “Alivio Hipotecario”:


Nombre

Dividendo antes de alivio

Dividendo después de alivio
Plazo
Monto “aliviado” mensual
Monto total “aliviado”
CUOTÓN Alivio Hipotecario

Alex Rojas

$ 160.000
$124.000
36 meses
$36.000
$1.296.000
$9.994.741

Janet Salas

$245.000
$189.000
36 meses
$56.000
$2.016.000
$11.220.000

Ma Alejandra Retamal

$283.950
$243.900
36 meses
$40.050
$1.441800
$8.478.153