jueves, marzo 07, 2019

Lo bueno de extrañar



Por Gabriel Angulo González

Estás en mi ausencia, en mi paciencia. En el recuerdo de mi mente activado de las emociones. Extrañarse -mutuamente- es enlazar el amor, mantener activa la memoria de unión y la chispa sentimental del amor en pareja. 

Si una persona sabe amar en público o en secreto, también sabe extrañar en silencio o en el ruido. Porque extrañar es más que recordar, es sentir algo bello por alguien a distancia. Y si dicho sentir es correspondido tanto mejor para el triunfo del amor con la pareja vigente. 

¿Extrañar es amar? Claro que sí. Es una forma de echar de menos, que activa el aire de nostalgia por el ser amado, pero ese recuerdo activa un sentimiento amoroso hacia dicha persona. Recuerdo. "Re", prefijo que significa "volver". "Cuerdo", del griego cardio, es decir, corazón. Por tanto, recordar es "volver al corazón". Por eso, cuando te pienso es la imagen que proyecto en mi mente activada por el corazón, por ese devenir de sentirte cerca o, al menos, sentir eso mismo que cuando uno está face to face. Tu presencia se mantiene en mí cuando te pienso. 

Estás presente. Y tu esencia se hace luz cuando te pienso y una ráfaga sutil de tu fragancia te hace notar en mi espacio íntimo cuando regamos nuestro jardín amoroso. Tú presencia me sigue, me acompaña en mis pasos. Me motiva nuestro amor único. Y es lindo percibirlo. Si se prolonga la extrañeza es algo que aflige un tanto, pero eso se transforma en rica delicia amorosa cuando el reencuentro con el ser amado se activa, cuando florecen nuevamente las miradas cruzadas, los latidos sincronizados, laa caricias apasionadas del fuego piel a piel y los besos aterciopelados. Es ahí cuando uno valora haber echado de menos, dado que dicho sentimiento valió la pena. La paciencia, la espera y el recuerdo cobran sentido. 

En una cielo despejado o nublado, ahí está mi mente divagando. Reflexionado sobre lo tuyo, lo mío, lo nuestro. Arriba el Altísimo mira las escenas de los hombres, locos algunos, que luchan por ser felices y hallar el amor. Extrañar a alguien con que se está no duele tanto como extrañar a alguien que se fue. La diferencia entre ambos es que, el primer extrañar es amor, el segundo es una nostalgia melancólica de un tiempo que ya no es y, en verdad, no vale la pena aplicar, viviendo el pasado.“Madurar es aprender a querer bonito, extrañar en silencio, recordar sin rencores y olvidar despacito”, decía la pintora mexicana Frida Kahlo. El extrañar en el presente al ser amado actual es la mejor receta para amar en pareja cuando no no se ven. 




Pensar en ti, es recordarte. Es una forma de amarte. Capturar en la mente tu sonrisa plena y definitiva. Verte sin mirarte, escucharte sin oirte, tocarte sin sentirte. Un silencio conmigo mismo que invita a estar contigo. Llamadas, mensajes y comunicaciones. Es rica la conexión como prueba de la dulce espera, lo bello de extrañarse y lo genial de amarse. Si a eso sumamos ternura, afecto, respeto y pasión a mil que emana de dos personas amándose, todo ese conjunto de sensaciones enciende la vida y te hace valorar la existencia. Lo bueno de extrañar. //GA. 

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