miércoles, febrero 20, 2019

Estado de enamoramiento




Por Gabriel Angulo

No se ve. Se siente. Un estado de sensación original. El amor es el trasfondo que alimenta dicha circunstancia. Uno es con el otro, en una simbiosis plena de conjunción holística. Fusión amorosa, recíproca y plena. Llena de alma, cuerpo y espíritu. El enamoramiento en vida. 

Un 14 de febrero me recuerda que, gracias a Dios, no estoy solo. Tengo el privilegio de pololear y encender el corazón de una bella mujer, con hermosos sentimientos, valores e ideales. Además de ser hermosa, siente algo muy especial por mí y yo por ella. Es amor. Se llama Natalia Riquelme. Es amor. Lo parece y lo es. Mutuo. Único. Y estoy comenzando a sentir eso que llaman "enamoramiento". Es amor.

El famoso día de San Valentín. Se trata de una festividad cristiana que se celebra anualmente para conmemoración de las buenas obras realizada por san Valentín de Roma. Acciones vinculadas con el concepto universal del amor y la afectividad, vistos en la pareja. 

Como dice el cantante Rafael estar enamorado es caminar con alas en el mundo. Es sentirse flotando en entorno que percibes más bello. Y es que, "el amor es más fuerte", decía Juan Pablo II. Y sí que lo es, cuando estás enamorado. Sientes que eres la mejor versión de ti mismo, junto a la persona amada.

Uno respira más hondo. Suspira de felicidad. La vida se aprecia por su lado bello. Percibes la presencia de Dios en todo lo observado. Escuchas más fino al pájaro madrugador. Miras el arcoiris diario que no todos ven. Es ciego quien no se atreve a ver, y es consciente de percibir más agudo cuando el amor resuena en el espíritu. Primero, despoja todo temor, toda oscuridad. La luz te acerca al cielo celestial del Dios que es amor. Todo calza. Todo cuadra. La vida tiene un sentido. Una conciencia que se hace más consciente del entorno y del ser amado. Amamos lo que vemos concretar con la persona amada. Es aquella verdad que nos hace libres. El anhelo de siglos del ser humano que trasciende en vida.




Hubo una vez un niño que no sabía lo que era amar. Un día se acercó al mar junto a las rocas. Pidió al Altísimo aprender a amar, mirando el horizonte. Recibió como respuesta, desde su interior, un despertar armonioso. Supo que, cuando la mujer indicada entrara su vida, conocería el amor verdadero. Desde aquel entonces soñaba cada día que apareciera aquella mujer. Hasta que la encontró y con ella es feliz. Esa felicidad auténtica de la que hablan poetas y filósofos. Esa que, mezclada con la verdad de la fe, el amor y sabiduría, nunca perece.




Oda al cielo amoroso

Los ángeles presencian el amor consumado,
Sin menoscabo, de dos almas soñando y amando.
Juntos de la mano dejamos huella.
Esa que marca nuestro destino y forja el camino seguido.
Desde sus raíces los cimientos son sólidos, si el sentimiento es puro, el amor unido.
La comunión entre dos es la felicidad que regala la vida.
¡Oh cielo! Ven a mis brazos. Da paz al espíritu y ¡Qué Dios nos bendiga!
Nada nos separa. El tiempo y el espacio no tienen sentido.
El azulado del cielo cubre lo despejado de nuestras mentes.



Mujer, esencia natural

Ella es la doncella que habita el castillo de mi corazón.
La luciérnaga amorosa que ilumina mi alma y me llena de vida.
La reina de mis esperanzas y anhelos correspondidos.
Ella es suave y delicada. Sus ojos se funden con los míos y la mirada fluye por doquier.
No hay flores sin sol ni doncellas sin amor, pues a ella le di mi corazón.
Mis días tienen una nueva ilusión. Lo dulce del calor, la respiración en besos de candor.
Afrodita que cautiva los sentidos y envuelve la inocencia;
placer con elocuencia de mi venus enamorada. Que la eternidad eternice lo nuestro, un gran sentimiento de amor que no tiene fin.

El pétalo de roza no cae ante tu belleza, divina esencia, cuya naturaleza nunca marchita.
Ternura como delfín que emite ondas de amor, en oleajes sempiternos de la danza universal.
Creación en sí, das a luz como estrella supernova. Universo de materia oscura que transmutas a vida. Entregas y recibes amor como ángel incondicional de Dios. Eres la mujer que esperaba en mi vida. //GA.


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