martes, enero 08, 2019

El recuerdo del tren



-Quien desee zambullirse en un mar de nostalgia, este tren es la opción indicada. Te traslada mentalmente en tiempo y espacio. Vagones acondicionados de principios del siglo XX rememoran un tiempo de viaje ido, pero que retorna al presente con aires solemnes del respeto al trayecto en rieles. Recomendado 100% para aquellos melancólicos de aventuras pasadas y larga vida.



Por Gabriel Angulo González

Tiene su magia. No es lo mismo que en bicicleta, en bus o auto. Obvio. El famoso "Tren al sur" de Los Prisioneros, es reemplazo por el "Tren a la Costa" de quien quiera escribir una canción así. Se trata del "Tren del Recuerdo". Es pasado que cobra vida y rejuvenece el espíritu de quien se sentó en asientos de vagones de madera recubiertos con metales, que no se han oxidado. Con este tren, la memoria no se oxida.



Adentro se respira un aire diferente y antiguo. El vibrar del vagón te traslada al encuentro porteño con dirección a San Antonio. Rieles enrielados en paisajes disímiles. Pobreza a flor de piel por doquier antes de salir de Maipú; se observa, eso sí, como paisaje desagradable. Flores de basura, mediaguas de paisaje y gente saludando. Suciedad de sociedad de contrastes.


Se avanza y se ven casas nuevas también. La paradoja radica en que en zonas rurales parcelas grandes adornan el paisaje con árboles, pasto, tierra fértil, cosechas, animales. Y claro, grandes casas, con piscina y hasta con canchas de futbolito. Un sonido pronuncia el tren cual latido del corazón. Ritmo de vida sincopado. Acostumbrado al destino prefijado en rieles enterrados.

Y el viento azota la cara y enreda el pelo. Percibir esa brisa no tiene precio. Los vagones de trenes modernos tienen ventilación automatizada, por tanto, no permiten la apertura de ventana selladas y cubiertas con un vidrio grueso y polarizados. Mientras, los vagones antiguos sí tenían dicha posibilidad al permitir abrir las ventanas en marcos de madera. Sacar la cabeza.

 

Un tanto peligroso en un trayecto donde hay gente desubicada sin educación, que lanza piedras al tren que casi nunca pasa, casi como burla del sistema desigual. Pese a dicha insolencia social, uno contempla el paisaje que ofrece el andar lento, pero seguro del tren y contempla la pureza de cada lugar.

Lo lento del recorrido te hace valorar más el viaje. Hay tiempo para leer, conversar con el acompañante u otros viajer@s que uno topa en el tren. Da hambre. Hay un carro bar que ofrece pisco sour, cervezas, bebidas,  papas fritas, snack y frutos secos. Otro vagón tiene una cocina, otro una pequeña sala de cine, otro sillones grandes y cómodos: el carro más caro. Deferentes precios, con diferentes comodidades. Y la música no falta, con cantante con guitarra en mano. Toca canciones de la "Nueva ola", de los años 60´o folclóricas para estimular la mente y oídos de personas mayores, que conocen de antaño aquellas melodías de juventud o infancia. Viaje a parte con sonidos. Y no faltan los vendedores de libros, recuerdos o artesanías ligadas al susodicho tren.


Familias. Niños, pero sobre todo adultos mayores asisten al recorrido nostálgico. Un retorno de un tiempo que ya fue en el siglo XX. Juventud recuperada por momentos. Tres horas y algo de recorrido. Desde Santiago a San Antonio. Idea y vuelta. Rememorando un pasado de turismo nacional interno a la costa, hoy litoral central, el "boom" de los ferrocarriles en la década del 30'  o del 40' en Chile. Con paso intermedio por rincones de Melipilla y otras comunas.

En el periplo se aprecian paisajes únicos. El campo chileno aflora en plenitud y el bosque nativo en el descenso de la Cordillera de la Costa hacia San Antonio invita a una mira reflexiva que te hace valorar la naturaleza de nuestro país. El paso por cinco túneles conecta dimensiones entre cerritos y contornos del recorrido, que completan el escenario del viaje.


Los vagones antiguos son arrastrados por dos locomotoras diésel de la década del 50´. Se trata  de coches patrimoniales fabricados en Alemania en 1923, algunos de ellos con interior de madera y decoraciones de la época.

El punto a destacar es el servicio del "Tren del Recuerdo", que incluye el viaje ida y regreso entre Estación Central y San Antonio; desayuno y once; además de música en vivo con presentación de 15 minutos de música folclórica por coche. Nada mal para un viaje con retorno nostálgico, pero que llena el corazón de alegría y rejuvenece el espíritu.


*Más detalles:
Salida desde Estación Central 09:40 horas.
Arribo a San Antonio 13:20 horas.
Regreso desde San Antonio 17:40 horas.
Arribo a Estación Central 21:00 horas.
Venta de pasajes online en www.trendelrecuerdo.cl

Venta de pasajes presencial e informaciones:
Boletería Tren del Recuerdo, Estación Central de FFCC.
Lunes a viernes de 09:00 a 20:00 horas.
Sábado, domingo y festivos de 12:00 a 18:00 horas.
Fono (+562) 2585 5991
informaciones@trendelrecuerdo.cl




*Imágenes del viaje realizado en El Tren del Recuerdo:


























2 comentarios:

Clase de lenguaje dijo...

Qué una buena experiencia. Buena crónica, me encantó leerte

Anónimo dijo...

La Periferia... un camino distinto, entre cerros, bordeando Autopistas, imponiéndose como un medio de transporte inclaudicable. Me gustó esa parte de "Jardines de basura"